Me apetece mucho poner mi canción favorita de la OJE, es muy bonica. Aunque aquí solo veáis la letra...
Por Amor al Arte
Nada me mueve más que una sonrisa tuya
Nada me alienta más que vencer tanto retos.
La certeza de esta verdad que me quema.
Dar a cambio de nada sin trucos en la manga.
Lo aprendí de ti.
Nada me llena más que esta paz que me envuelve.
Nada me marcó más que el camino difícil.
Soy como un ente extraño en un mundo tan frío.
Valgo por lo que soy, soy sólo lo que doy.
Lo aprendí de ti.
Me aferro a esta verdad con terquedad de niño.
Una mano tendida es más que mil palabras.
Nada puede pagar un minuto de sueños.
Voy a dar ese lujo por “amor al arte”
Lo aprendí de ti.
He de reconocer que a veces tengo miedo.
De quedarme clavado, sólo y sin aliento.
Dando palos al aire, maldiciendo mi suerte.
Si las fuerzas me faltan buscaré en lo más hondo.
Lo aprendí de ti.
Voy a ir por ahí buscando buena tierra.
Donde pueda arraigar la semilla con fuerza.
Y crecer orgullosa contra viento y marea.
Seguiré en el camino, iré dejando una huella.
Lo aprendí de ti.
Y ahora voy a poner una cosa que me gustó cuando la leí.
“Y los almogávares gritaban:
¡Desperta Ferro! ¡Desperta!; y
de repente el Megaduque con
la caballería hirió a los hombres
de a caballo, y Rocafort con los
almogávares a la infantería, y
aquí se vieron hecho armas
que jamás nadie había visto.
¿Qué os contaré? La batalla fue
muy cruel, con todos
los latinos gritando: ¡Aragón!
¡Aragón!; y lo hicieron con tal
vigor que los turcos se
rindieron; y así, guerreando,
llegó la noche. En todo
momento los persiguieron, a
los turcos a caballo. Aquella
noche fue buena para la
Compañía, y al día siguiente
Levantaron el campamento; así
Que toda la hueste tardó ocho
Días en recoger el campo y la
Ganancia que habían hecho”
Por Amor al Arte
Nada me mueve más que una sonrisa tuya
Nada me alienta más que vencer tanto retos.
La certeza de esta verdad que me quema.
Dar a cambio de nada sin trucos en la manga.
Lo aprendí de ti.
Nada me llena más que esta paz que me envuelve.
Nada me marcó más que el camino difícil.
Soy como un ente extraño en un mundo tan frío.
Valgo por lo que soy, soy sólo lo que doy.
Lo aprendí de ti.
Me aferro a esta verdad con terquedad de niño.
Una mano tendida es más que mil palabras.
Nada puede pagar un minuto de sueños.
Voy a dar ese lujo por “amor al arte”
Lo aprendí de ti.
He de reconocer que a veces tengo miedo.
De quedarme clavado, sólo y sin aliento.
Dando palos al aire, maldiciendo mi suerte.
Si las fuerzas me faltan buscaré en lo más hondo.
Lo aprendí de ti.
Voy a ir por ahí buscando buena tierra.
Donde pueda arraigar la semilla con fuerza.
Y crecer orgullosa contra viento y marea.
Seguiré en el camino, iré dejando una huella.
Lo aprendí de ti.
Y ahora voy a poner una cosa que me gustó cuando la leí.
“Y los almogávares gritaban:
¡Desperta Ferro! ¡Desperta!; y
de repente el Megaduque con
la caballería hirió a los hombres
de a caballo, y Rocafort con los
almogávares a la infantería, y
aquí se vieron hecho armas
que jamás nadie había visto.
¿Qué os contaré? La batalla fue
muy cruel, con todos
los latinos gritando: ¡Aragón!
¡Aragón!; y lo hicieron con tal
vigor que los turcos se
rindieron; y así, guerreando,
llegó la noche. En todo
momento los persiguieron, a
los turcos a caballo. Aquella
noche fue buena para la
Compañía, y al día siguiente
Levantaron el campamento; así
Que toda la hueste tardó ocho
Días en recoger el campo y la
Ganancia que habían hecho”